¡El último día! La maestra, Marta,
se iría de vacaciones.
Todo un mes preparando cada noche
una lista de recomendaciones a dar a Lola, su suplente en ese período.
- Recuerda que Mariano pide agua
y luego ha de ir al lavabo.
- A Merche le agrada peinar a las
compañeras, no la desanimes.
- Los lápices déjalos sobre tu escritorio,
ya te los pedirán.
Y así consejos y pistas… y los formularios
para el Colegio.
El día comenzó gris, algunos niños
entraron al aula con zapatos y ropas húmedas, ¡benditos!, ¡cómo pueden traer así
a los peques!
- A Raquel, no le gusta que le toquen
el cabello - susurró Marta a Lola
Pronto estuvo Julián pidiendo estar
en el regazo. Allí estuvo hasta la salida. ¿Tendrá fiebre? ¿O piensa en que extrañará
a la maestra?
- No puedo dibujar, me duele el ojo
- se quejó Nina llevándose una mano a la cara. Con paciencia, y la sóla mano que tenía libre, Marta le arregló la
bata y le limpió la nariz.
- Vamos. Ya puedes ver bien… ayúdale
a Said.
- Me tienes que dejar tu teléfono,
no sé si me las arreglaré tan bien como tú - dijo Lola
- Ya verás que no es difícil; es
casi divertido.
- Marta, ¿cómo lo haces? Todo
está en orden
- Es fácil. Le doy a cada uno lo
que necesita
Quedó un momento pensativa, y agregó:
- … y que a veces, no es lo que merece.
Julián dormía sobre el pecho de
Marta con el pulgar en su boca. Algo le habrá pasado en casa, normalmente es el
más revoltoso.
Quedó un momento pensativa, y agregó:
- … y que a veces, no es lo que merece.